Este libro no es nuevo, pero hace relativamente poco tiempo que llegó a mis manos.
Se lo regaló a mi hijo una profesora en prácticas que tuvo durante el curso pasado, explicándole que era el libro que más le había gustado cuando era una niña. Le regaló, por tanto, su pequeño tesoro, y mi hijo lo recibió como lo que es: un obsequio muy grande.
El copyrigth de este ejemplar data de 1988, es la 4ª edición de Editorial Magisterio, su autor es
Fernando Almena, y se dirige a lectores a partir de 9 años.
Yo acabo de leerlo y realmente me ha sorprendido. Es una de estas novelas que no sabes si va dirigida a niños o, escondida tras una trama aparentemente infantil, va dirigida al público adulto. El autor, valiéndose de un personaje entrañable y mágico, Pocachicha, un maestro heladero que recomienda a sus clientes los helados de deseos extravagantes y que es capaz de convertir en posible lo imposible, nos habla en realidad de jerarquías, de instituciones, de la ineficacia de las primeras dentro de las segundas, de la falta de interés que demuestran los que ostentan el poder para solucionar los verdaderos problemas de la ciudadanía y la gran capacidad que tienen, sin embargo, para enriquecerse gracias a la información privilegiada de la que disponen. Concentra una verdadera crítica social, diría incluso que una fuerte crítica política, nos habla de especulaciones y de corrupción, y además con una refinada ironía. Personajes como el
presidente del Cotarro Gubernamental, el
Superior, el
Muy Superior, el
Requetesuperior, el
Gerifalte Consistorial, el
casisecretario o el
jefe de los consistoriales de la oposición, nos demuestran que dentro de las páginas de Pocachicha hay, en realidad, “mucha chicha” (y es muy llamativa la vigencia de la crítica a día de hoy, más de veinte años después de haber sido escrito el libro).
En algunos aspectos, salvando las distancias, me ha recordado al
Principito, en otros al
Lobo Estepario, quizá por esa locura tan lúcida que rezuman sus páginas. Y si algo llama especialmente la atención es la lógica aplastante con la que Pocachicha intenta resolver las situaciones más absurdas, hasta el punto de que el lector llega a pensar: “¿Los absurdos no seremos nosotros?”.
POCACHICHA, un libro para niños a partir de 9 años que recomiendo, sin dudarlo, a todos los padres. No sé si será fácil encontrarlo a día de hoy en las librerías pero es muy probable que sí esté en las bibliotecas. Creo que merece la pena leerlo. Es una historia preciosa.
Os dejo el texto de la contraportada del libro, pero os adelanto que dentro hay mucho más:
“Pocachicha es un hombre alto y flaco, casi un montón de huesos puestos en orden, que llega a la ciudad con su carrito de helados. En un cartel de letras doradas anuncia sus oficios: maestro heladero, hacedor de prodigios y forjador de quimeras.
Luis, un niño de nueve años, es el primero en probar sus helados de deseos extravagantes. Todas las cosas fantásticas que siempre había imaginado se hacen realidad.
Los prodigios de Pocachicha movilizan en seguida a las fuerzas vivas de la ciudad”.
